Por Iva May
La Biblia Cronológica de One Year®, RVR1960 (Tyndale, 2013), 11 de diciembre
Existen tres epicentros desde los cuales todas las personas operan o navegan por la vida:
Los moralistas operan desde un epicentro de justicia legalista.
El apóstol Pablo anteriormente buscaba la justicia al guardar la ley. Él describe su propio cumplimiento de la ley como impecable: “Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.” (Fil. 3: 4-6, énfasis agregado). Los moralistas son simplemente mejores que todos los demás. Son disciplinados y justificados en su disciplina. Los moralistas se glorían en su carne: su capacidad de superar a todos los demás (religiosos, ambientalistas, PETA, etc.).
Los seguidores de Cristo operan desde un epicentro celestial.
Conocer a Cristo le ha dado a Pablo un nuevo epicentro: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” (3:20-21). Debido a que su epicentro es de otro mundo, Pablo vive por fe en la próxima transformación. Este nuevo enfoque cambia su disposición y actitud: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! . . . Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (4: 4-5) También cambia su vida de pensamiento. Exhorta: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (4:8) Los seguidores de Cristo se glorían en la cruz y la transformación venidera.
Todos los demás operan desde un epicentro terrestre.
Pablo define el tercer epicentro como uno de apetito físico: “Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.” (3: 18-19, énfasis agregado). Las personas con destino a la Tierra viven solo por el ahora. Sus apetitos los controlan y se glorían en sus indulgencias carnales (sexual, físico, comida, alcohol, drogas, etc.).
Todos tienen un epicentro, un núcleo desde el cual operan. Los que siguen a Cristo son contra-culturales. Son personas enfocadas en otro mundo. El suyo es un epicentro centrado en Cristo.
Preguntas de la lectura cronológica de la Biblia de hoy (Fil. 2: 12-4: 23):
Según Filipenses 2: 14-16, ¿qué disminuye la luz de Cristo que brilla a través de la vida de un creyente?
Describa la relación de Pablo con Timoteo y Epafrodito.
Las cartas de Pablo comienzan con doctrina y terminan con aplicación. ¿Qué verdad acerca de Cristo presenta Filipenses 1-2? ¿Cómo aplican esa verdad las instrucciones de Pablo con respecto a Exodia y Síntique?